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1997. 40 LA CADENA DE CRISTAL |
CIRCO |
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LA HUMANIDAD EN PELIGRO UNA REFLEXION SOBRE LA ESCALA (DE CALATRAVA) José Manuel López Peláez. En uno de los textos programáticos recogidos por el TEAM X durante el encuentro en Otterlo del año 1959, Aldo van Eyck escribe: Collins aún nos da otras claves cuando escribe: "Otro aspecto del racionalismo gótico, que había de tener considerable influencia en el desarrollo de los ideales arquitectónicos, fue la noción de que la estructura era algo dinámico. El término dinámica arquitectónica fue usado por primera vez por Alfred Bartholomew, cuando superpuso el dibujo de un esqueleto humano al diagrama de un contrafuerte gótico; la idea también fue expuesta por Viollet le Duc...". Calatrava desciende un escalón en la especie y se inspira no en la osatura del hombre sino en la de su mejor amigo. En este punto nos acercamos hacia lo que Collins llama funcionalismo y concretamente a la cuestión de las analogías, que divide en cuatro apartados: la lingüística, la gastronómica, la mecánica y la biológica. La lingüística tendría que ver con la raíz Modernista que algunos críticos han señalado, y en el caso del arquitecto de Benimamet pudiera provenir de la cercanía al idioma de Gaudí (en la medida en que el catalán y el valenciano puedan considerarse próximos). La gastronómica que tiene su soporte en la necesidad de hacer digerible el producto elaborado para un suficiente número de comensales (por otra parte, una cuestión funcional de primer orden) y precisa una cuidada dosificación de sabores estimulantes pero arriesgados junto a aquellos otros que son conocidos y cotidianos pero elaborados con el condimento de una descontextualización suficiente basada, sobre todo, en los juegos de escala. La mecánica, establecida según Collins sobre la relación entre edificios y máquinas, implica la buscada fusión entre arquitectura e ingeniería como garantía del control racional sobre aquella. Otro aspecto se refiere a la idea de movilidad (a veces congelada) tal como había intuido Bartholomew. En todo ello se encuentra una estrategia iconográfica de primer orden y la obra de Calatrava se vincula aquí, definitivamente, con la actual vanguardia. Las analogías que se han descrito pueden reconocerse en nuestra historia reciente y son aplicables a otras propuestas con menor incidencia en las publicaciones de arquitectura que las de Santiago Calatrava, probablemente porque muchas de ellas no llegaron a superar la prueba de ser realizadas a la escala necesaria para poder ser físicamente habitadas. Además, todos estos principios llegan a adquirir en la obra que nos ocupa un cierto sentido de unidad y a constituir un vocabulario propio mediante el empleo de la escala. Probablemente el gran descubrimiento que aporta la obra construida de Calatrava sea la posibilidad de independizar el tamaño y la escala, porque en este sentido se cuestiona una de las categorías que había sido fundamental para la Arquitectura y ello abre nuevos caminos. Esta independencia de escala tiene también su contrapartida en el interés por lo que produce extrañeza, y su disfrute se relaciona con una interpretación de la arquitectura como posibilidad de excitar la imaginación experimentandoe situaciones espaciales fuera de lo común por su argumento, exuberancia o distorsión. Ello nos permite vincular esta situación con procedimientos cinematográficos, y concretamente con aquellas realizaciones de ciencia-ficción que emplean trucos visuales para conseguir introducir al espectador en un mundo fuera de escala pero cuyas claves de ruptura con la realidad no son tan evidentes si no se es especialista, lo que produce una sofisticada forma de terror. Sin embargo, es una historia llevada al cine pocos años antes, en 1954, la que ofrece de manera más brusca la distorsión orgánica de la escala. Se trata de "Them", que se estrenó en España con el título "La Humanidad en Peligro", un clásico de ciencia-ficción que dirigió Gordon Douglas. Esta película plantea el problema creado por una explosión atómica que altera el sistema hormonal de las hormigas y produce un crecimiento desmesurado de estos insectos convirtiéndolos en monstruos. El crecimiento por simple homotecia de las formas orgánicas (y sería aplicable a las inorgánicas en relación directa con el uso humano, como una lamparita de noche, una banqueta o un frutero) produce necesariamente esta sensación inquietante propia de los objetos que viven en nuestra memoria pero que son intuitivamente inaceptables y racionalmente incomprensibles. Tanto "La Humanidad en Peligro", como "El Increíble Hombre Menguante" en la situación inversa, ofrecen una reflexión sobre la medida y los límites, en los problemas de tamaño y escala: hasta donde puede crecer o disminuir un determinado organismo sin perder sus cualidades intrínsecas, su carácter?. Estas preguntas podrían también hacerse a los objetos y a las propuestas de arquitectura. Con estos instrumentos podemos proyectar monumentos o parques temáticos; producir emociones profundas o pasajera curiosidad y simple extrañeza. Las distorsiones de escala también nos permiten crear un paisaje poblado de seres deformes. Pero, en realidad, el terror subyacente en "La Humanidad en Peligro" no se debe tanto al extraño aspecto de las hormigas gigantes como a la imposibilidad misma de que esos organismos se sostengan realmente cuando crecen fuera de ciertos límites por simple homotecia. En esta imposibilidad, estructuralmente cierta pero también apreciada por la intuición, radica la mirada inquietante hacia estos monstruos y, seguramente, su aspecto más estremecedor. Y con respecto a la historia de "El Increíble Hombre Menguante" recordemos ahora aquella situación límite: el momento en que la duda asalta al protagonista, cuyo tamaño ha comenzado a disminuir, cuando descubre que su ropa le queda algo grande, que un anillo resbala de su dedo o que los pies no llegan del todo al suelo cuando se sienta. En este momento el miedo está en la sospecha de que algo extraño pasa, en la vacilación ante la certeza de sus percepciones. La experiencia precisa de todas las relaciones entre escala y tamaño se agudizan en ese instante, en este umbral donde podemos, o no, seguir siendo seres humanos. Quizá ese momento inquietante de no saber si mantenemos nuestro tamaño real, si las cosas están creciendo o nosotros estamos menguando, refleje bien toda esta situación. José Manuel López-Peláez. Madrid, invierno de 1996. CIRCO M.R.T. Coop. Rios Rosas n. 11, esc. A, piso 6, 28003 MADRID. Editado por: Luis M. Mansilla, Luis Rojo y Emilio Tuñón |
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