ANC This article is ____ words long. Key words: Híbrido, Proyecto. |
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Edificio Híbrido por Pablo Gallego Memorias Comentario: Híbridos e Injertos, por Emilio Tuñón Comentario: Un haz de fibras... , por ANC
IDEAS PARA UN EDIFICIO HíBRIDO
Todo parte de una reflexión sobre lo que se ha dado en llamar "edificio híbrido" o "de uso mixto", surgido al amparo del desarrollo económico de países como Estados Unidos y Japón. En el primer caso el ejemplo más paradigmático es el del rascacielos de las cities, como en un intento por concentrar los servicios, que en la ciudad estaban dispersos, en un solo edificio. En el caso de Japón el desarrollo es de una escala mucho menor, siendo, las soluciones adoptadas más heterogéneas.
Dibujos de un edificio Híbrido cortes horizontales por cotas:
corte vertical
<<HYBRIDITY, as a generic concept, can be traced back to Aristotle and his sophistic conjectures upon the origin of certain animal species as the result of spontaneous crossbreeding, i.e., the camel and the leopard begot the giraffe; the camel, again, and the sparrow bore the ostrich. However, it was not until the 18th and 19th centuries, that the great pioneering geneticists, Kölreuter and Mendel, conducted the first experiments on the scientific dynamics underlying the "hybridisation" of life forms, and thus establishing the biological and even mathematical foundations of this process (Mendelian ratios). Kölreuter was also the first scientist to observe and describe HYBRID VIGOUR, or HETEROSIS, "...the tendency of cross-breeding to produce an animal or plant with a greater hardiness and capacity for growth than either of parents". Since Kölreuter, the converse has also been extensively demonstrated: HYBRID STERILITY, the mutual disturbance of the parental chromosomes causing infertility in the hybrid individual. To this date, the nature of either process, HYBRID VIGOUR or STERILITY has not been brought to light. BUILDINGS, in a sense, have also been "crossed", like plants and animals, to produce Hybrid Architecture. The permutations of strains are infinite, as reflected in the diverse and eccentric examples that virtually transform this catalogue into a Manual de zoología fantástica (the original title of Borges literary bestiary). However, despite their idiosyncratic and even strange manifestations, all the cited buildings possess the common idea of HETEROSIS or HYBRID VIGOUR. Each example, no matter which of its formal, functional or urbanistic elements might predominate, ascends to a richer, more elemental wholeness, invigorated by a poetic union of its minor parts...>> (extraído de la introducción de Kenneth L. Kaplan a Hybrid Buildings de Joseph Fenton,
1. El concepto de edificio híbrido, (de uso mixto), analizado por Joseph Fenton en el "Panflet n. 11" (Hybrid buildings; New York, 1985), y difundido con combativa actitud, unos años más tarde en las escuelas de arquitectura españolas, por los arquitectos Iñaki Abalos y Juan Herreros ("Híbridos", revista "Arquitectura" n. 290; Madrid, 1992), ha sido lugar común de ciertas arquitecturas comerciales, principalmente desarrolladas, de forma programáticamente a gran escala, en EE.UU. y Japón.
2. El proyecto, que junto a estas palabras se presenta, fue desarrollado por Pablo Gallego como proyecto de fin de carrera en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, durante el año 1993, siendo sus tutores los profesores Iñaki Abalos y Juan Herreros.
3. Como se puede observar en los dibujos de la propuesta, la investigación de Pablo Gallego tiene dos niveles, un primer nivel de investigación general de una idea, como forma estructural que permite una variedad de posibilidades funcionales mezcladas, y otra, más concreta, desarrollada como proyecto específico de acuerdo a un programa real. Entendiendo que con los mismos volúmenes de la solución particular se podrían hacer numerosas combinaciones funcionales. Las necesidades del mercado, y la situación concreta en la ciudad, permitirían particularizar la solución general de una forma más precisa.
4. Hemos comenzado este texto citando las palabras de Kenneth L. Kaplan que nos hablaban de HYBRID VIGOUR o HETEROSIS. Para terminar nos proponemos hablar de INJERTOS, también recurriendo a un texto de un conocido escritor, esta vez originario de la península.
© Emilio Tuñón. Febrero 1997.
al Crisantemo He dispuesto sobre la mesa los materiales con los que este escrito va a fabricarse: los artículos de Juan Navarro Baldeweg "El objeto es una sección" y "La geometría complementaria", publicados por "CIRCO 1995.25"; la fotografía que les hace de portada, y que muestra a Brancusi trabajando en una de sus columnas sin fin, y el proyecto de Pablo Gallego. Destejer ese haz de fibras que estaría uniendo, de momento extrañamente, las columnas sin fin de Brancusi y el edifico híbrido de Pablo Gallego será tarea de este escrito. (1) A Brancusi le gustaba mirar el vuelo de los pájaros. No sé si sabría reconocer todos los buitrones, zorzales, lavanderas y escribanos que sobrevuelan tus cartas, pero sabía que la "Pasarea Maiastra" tenía el plumaje dorado, y que guió a un amante hasta su princesa, atravesando el bosque donde estaba recluida; como sabía que Zeus había adoptado la figura de un cisne para unirse a Leda; o que el cadáver del fénix, con el rojo de fuego, el azul claro, el púrpura y el oro sobre sus plumas, encerrado en un tronco de mirra hueco, era depositado e incinerado sobre el altar del Sol, en la ciudad de Heliópolis, en Egipto septentrional. Todos, como ves, pájaros deslumbrantes, o dioses más deslumbrantes aún, quienes para mostrarse deben dejar de ser ellos mismos y disfrazarse de pájaros, de arcoiris o de estrella, y no cegarnos con su llama demasiado brillante, a nosotros, que moramos en un mundo intermedio de luz y penumbra, y cuya visión, si es eficaz, lo es porque limita entre las sombras, porque canaliza el movimiento de lo que nos rodea, un movimiento hacia abajo como de un peso que estuviera continuamente cayendo. Los pájaros son las imágenes más cercanas de todo lo contrario, de un peso que se eleva. <<Así entiendo que una obra es una sección físicamente definida en un haz de fibras que se extienden más allá de ella, es un corte en la cuerda formada por hilos que vinculan lo suelto.>> La cita es de la geometría complementaria, un texto que se publicó junto a el objeto es una sección, ambos de Juan Navarro Baldeweg, en CIRCO n.25 (1995). En la portada, una fotografía de Brancusi serrando un tronco con una de esas herramientas que él mismo se fabricaba, un tronco, presumiblemente de roble, de aristas regulares, de sección casi cuadrada (el escorzo de la fotografía no permitiría asegurarlo); sobre su superficie, unas incisiones que rodean probablemente todo el perímetro (en la vista sólo se ven dos de sus lados) y siguiendo una secuencia en la que la separación entre ellas parece más o menos igual al lado del cuadrado de la sección. Trabaja en su columna sin fin (las marcas, pues, son las que corresponden a cada uno de los tambores o romboides de la columna, y que persisten inscritas sobre ella una vez acabada). Brancusi tiene la cabeza ladeada: quizá se asegura de que la sierra sigue las fisuras de la madera; está parado, los brazos distendidos, quizá sólo está posando para su autorretrato. Hay otra, un poco más próxima a él (la columna está ahora encuadrada de tal modo que dejan de verse las piezas irregulares de madera que la calzaban), unos minutos antes o después (5): la sierra se ha alejado de su cuerpo, ha penetrado más en la madera, él la sujeta con las manos comprimidas, evidentemente tensas, y debajo de sus manos se puede ver la silueta de uno de sus pájaros en el espacio, apoyado contra el rincón de la habitación que ocupa. Quizá sea una de las numerosas pruebas en yeso que de él hizo. Pero allí está, apuntado por el extremo del tronco del que saldrá la columna. Está en ambas fotografías, en las dos se trata de autorretratos, así que nada nos autoriza a pensar que el pájaro esté ahí casualmente; y lo mismo podemos decir del tronco que se ve en el margen izquierdo de la imagen, un tronco del mismo tamaño que el torso de Brancusi, ennudado y lleno de yemas, y que Brancusi retrata solo en "Feuilles et tronc d'arbre" (si no éste, al menos uno similar): un tronco abandonado en un rincón del taller del que han brotado retoños al mismo tiempo que Brancusi se recupera de una enfermedad que le había retenido en cama durante todo el invierno. Brancusi realiza un autorretrato sobreimprimiendo la imagen de ese tronco reverdecido a su propia figura, con sus columnas custodiando su flanco izquierdo... y habla de esta historia extraordinaria como de un signo maravilloso del cielo: <<la madera rebrotando al mismo tiempo que él.>> Antes no te lo he dicho, pero el fénix llega al altar transportado por uno joven, nacido del semen del viejo, semen que ha impregnado el nido, construido por él con plantas aromáticas, incienso y cardamomo, cuando intuye que su muerte está próxima. Una vez las llamas han acabado de consumir al viejo fénix, el joven planea una última vez sobre el altar del sol antes de regresar a Etiopía, custodiado por una bandada de aves diversas que vuelan respetuosamente a su alrededor. Otro mitógrafos opinan que no hay viaje en ningún tronco de mirra desde Etiopía a Egipto, sino que en ese mismo nido el viejo fénix se prende fuego, y que de sus cenizas surge un nuevo fénix. Pero volvamos al texto publicado por CIRCO. J. Navarro Baldeweg habla de universo acumulativo cuando menciona a Brancusi, retomando las palabras de Ezra Pound (6); este universo es su taller, convertido en espacio de representación de su obra escultórica, espacio capaz de participar en el movimiento formador de la naturaleza (movimiento incesante del que nuestros ojos no verán mucho más que una aparición fugitiva). ¿Cómo se representa lo vivo? Quizá la pregunta es confusa y no se corresponde con esa capacidad a la que se refiere E. Pound cuando habla de su taller. A lo vivo le basta con presentarse, lo que se representa es el movimiento que caracteriza lo vivo, su fermentación, su deshacerse. La vida procede por insinuación, la inteligencia por repetición, ¿de qué modo nuestra visión simple, limitada a los objetos sobre los que puede actuar, está en condiciones de representarse lo vivo? Algunas de las respuestas más frecuentes hablan de serialidad, de acumulación, de combinatoria, tratando de poner en paralelo los procesos que se distinguen en la materia viva con los de la obra de Brancusi; no me convencen, creo que la respuesta estaría más cerca de lo que J. Navarro Baldeweg dice: el objeto es una sección de nuestra mirada, tejida, como sólo nosotros sabemos, de tiempo, tiempo que deshace. Regresamos a la fotografía de la portada, donde las figuras de este drama se esclarecen: la metamorfosis /el tronco nudoso; la acción de emprender el vuelo / la columna (con dos indicaciones suplementarias: caro tenía que ascender la colina más alta para poder emprender su vuelo; los romboides que forman la columna han sido asimilados por Carl André a los de los relojes de arena); el pájaro / el modelo en yeso apoyado en el rincón. Brancusi está serrando, es el narrador de toda la historia: no se ha cansado de decirnos que la forma está dentro del material, y que sólo tenemos que escucharla. También ha dicho: <<METAMORFOSIS: la vida es fermentación y debe transformarse para seguir estando viva.>> (7) Lo que se trata de ver no es siempre visible en el primer vistazo, y además lo vivo no se representa sino en la visión creadora, ella misma metamorfoseada. J. Navarro Baldeweg dice, en el mismo texto, <<la mirada del artista está puesta en algo que es a la vez próximo y remoto>>, una manera de mirar sin fijar nada en particular, una forma de abordar algo en su conjunto, en un espacio vibrante, y de cuyo movimiento formador podemos ahora decir que no es más que la sucesión inagotable de acciones que se hacen y se deshacen. <<Nous sommes sur une sphère, nous jouons avec d'autres sphères, nous les combinons, nous les faisons chatoyer.>> Asociar este proyecto a las palabras de J. Navarro Baldeweg estaría ya formando parte de esa cuerda: no es difícil imaginar que en algún momento Pablo gallego y él se hayan cruzado por los pasillos de la Escuela de Madrid, o que tal vez aquél haya oído estas palabras, que aquí se reproducen, salidas de su misma boca. Si miro fijamente la perspectiva que me envió, obtengo una impresión relativa a la forma del edificio: compacto y opaco. Sin embargo, mirando fijamente este dibujo en relación con todas las fotografías que hizo de la maqueta, especialmente aquella en la que únicamente aparecen las cerchas, obtengo una nueva impresión: de elementos seriales, de cómo resolver la superposición de esas cerchas, de cuál sería la distancia entre ellas a medida que la altura aumenta, y la proporción relativa de los pilares que las soportan. Miro luego las fotografías juntamente con las plantas, y vuelve a cambiarse la impresión: veo la simplicidad de esos dibujos como si fueran los mismos ademanes expresivos, los gestos que han orientado cada una de esas piezas a ocupar la posición que finalmente ocupan, una posición no obstante cualquiera, en ese rompecabezas; ademanes no para verse, sino haciéndose, sin preguntarse qué efecto podría causar en el espectador (quien ve algunas decisiones erróneas, o tan siquiera no consumadas: una cámara oscura en la planta baja del edificio, ¿qué motiva su colocación ahí y no bajo tierra, donde la oscuridad le vendría dada? ¿no es consecuencia de que en la maqueta no se haya trabajado con el subsuelo? ¿y no resulta esta opción extraña, cuando además en las secciones se puede ver que el edificio ocupa el mismo volumen sobre el suelo que bajo él?; o dibujar viviendas con habitaciones interiores, cuando lo que precisamente se soluciona con esta propuesta estructural es reducir el número de elementos opacos en fachada; o que entre la pista polideportiva y la puerta de las viviendas no se hayan sabido ver más umbrales necesarios... o incluso, ¿son las viviendas imprescindibles?). Las fotografías están más cuidadas, son más intensas que el resto de los documentos, como si el espacio no hubiera recibido todavía forma alguna, como si Pablo mismo se estuviera preguntando: ¿me movería en este caso así o de otro modo?, como si se tratara de ajustar o de fijar la forma, y es precisamente lo que muestran la sucesión de fotografías: ahora así, pero podría ser así, también. Sobre las plantas, y en las secciones, se puede medir, limitar el objeto, y más que medirlo - Brancusi decía algo como que la medida está en todas las cosas, y que todo, por tanto, está a escala, todo tiene una medida que se puede relacionar en un momento dado con cualquier otra-, pesarlo, sentir el peso que, te decía, cae continuamente. <<Las paredes de una habitación son interposiciones en nuestro horizonte visual y esas paredes deben insinuar la experiencia del horizonte completo y libre>>, continúa J. Navarro Baldeweg en el texto, y así intuir ese peso que se desploma en esas cerchas, que lo elevan (para eso es conveniente poner una mano sobre el aparcamiento del edificio, como si perteneciera a otro discurso, del que aquí no te diré nada, el de la rentabilidad del suelo sobre el que el edificio se asienta, y que aquí sólo funciona como un lastre). El pájaro en el espacio de Brancusi emprende el vuelo, con esfuerzo (el movimiento de elevar el peso requiere la liberación de una energía aprisionada, que es la que ese tronco, a punto siempre de reverdecer, reservaba). El ademán de elevar un peso ya estaba aquí hecho, con las cerchas; quizá de lo que carecía para esforzarse en volverlo a levantar, para elevarlo más y más, era de ese gesto creador que se deshace, que no se ocupa de objetos sino de fermentaciones, no de las esferas o de los edificios híbridos, sino de sus reflejos tornasolados como el pájaro que, para remontar el vuelo, abandona su sombra NOTAS: (1) <<La razón se hallaría en la estructura de nuestra inteligencia, que está hecha para actuar desde el exterior sobre la materia y que no la alcanza sino practicando en el flujo de lo real cortes instantáneos, cada uno de los cuales se torna, en su fijeza, indefinidamente descomponible (...) y lo que es misterioso cuando se comparan entre sí los cortes, se torna claro cuando se refiere al flujo.>> De L'évolution creatrice, en H.Bergson. Memoria y vida (Alianza Editorial; Madrid, 1987). Más tarde, cuando el resplandor de los dioses ya no nos nubla la mirada, Carl André parafrasea a Brancusi y hace sus Escaleras de mano y su Portillo (su puerta chica en otra más grande), que son las que hacen más accesible, sobre el collage, la columna sin fin.
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