Paulo Mendes da Rocha inicia su actividad como arquitecto a finales de los años 50. Ese es un momento histórico importante para la sociedad brasileña, que vive un proceso de debate en torno a la redemocratización, modernización y emancipación económica, política y cultural del país. Ese proceso es particularmente esencial para la arquitectura, ya que parte de las nuevas articulaciones, culmina en la creación de Brasilia.

Hay que afirmar que Brasilia es solamente parte de este proceso, quizás el límite entre una busca de identidad cultural que se había iniciado en los años 20, y la cultura misma, una vez que en la ciudad de São Paulo, pos-Brasilia, sin el paternalismo estatal, se desarrolla una nueva definición de los caminos de la arquitectura en Brasil. Arquitectos como Lina Bo Bardi, João Batista Vilanova Artigas, Paulo Mendes da Rocha, definen una otra imagen de la arquitectura brasileña: estética ruda y desnuda, eficacia técnica, y compromiso crítico de la arquitectura con la cultura, estableciendo una unidad entre valor social y obra arquitectónica. Desde el punto de vista de la producción y de la enseñanza, estas arquitecturas elaboran un discurso ético y estético que actúa en la interrelación entre arquitectura y ciudad, arquitectura y producción industrial, espacio y programa, cultura popular y erudita.

El presente reconocimiento internacional de la obra arquitectónica de Paulo Mendes da Rocha abre la posibilidad de conocer el compromiso con la integridad de la arquitectura misma y con la emancipación cultural del Brasil, desde una arquitectura brasileña 'otra'. Además de revelar la influencia de los arquitectos brasileños de la primera generación, principalmente de Affonso Eduardo Reidy, de la arquitectura en planos horizontales de Mies Van der Rohe, y de la obra tardía de Le Corbusier, y estar originariamente alineada con su generación, la arquitectura de Paulo Mendes da Rocha se ha desarrollado y evolucionado manteniendo una autonomía creativa. Autonomía que se autoriza un trazo singular de concisión, tensión expresiva y que mira hacia cada obra como modélica para cada situación, lo que permite a cada una ser diversa y mantener su ley interna, ser clásica y traicionar la tradición.

Arquitecto, profesora universitaria en São Paulo.

Actualmente desarrolla en Barcelona su tesis doctoral sobre la obra de Paulo Mendes da Rocha.