Revistar Arquitectura
def: "Revista", una segunda vista o examen hecho con cuidado y diligencia.
(Diccionario de la lengua española)

Primer testigo: arquitectura.
Al revistar arquitectura, el objeto de la operación es inequívocamente arquitectura. Tanto quien propone como quien recibe la información dirige su atención sobre, precisamente, arquitectura. Para quien arquitectura son edificios, revistar requiere la formación ordenada de edificios esperando el correspondiente juicio. Curiosamente, esa aparente objetividad de la identidad edificios=arquitectura, termina produciendo desorientación en el lector. La misma que podría producir la fotografía de un polvillo contenido en un tubo de ensayo como muestra y explicación de: medicina.

Primera conclusión: "Revista" de arquitectura debe ser algo más que la muestra de representaciones de edificios.
Quienquiera que ha dispuesto un material, el que sea, como "revista de arquitectura" nos indica a los demás una definición sobre lo que entiende, y por defecto lo que no entiende, por arquitectura.

Segundo testigo: cuidado y diligencia.
Cuidado y diligencia parecen palabras comprimibles en una única: precisión.
Sólamente lo preciso merece revistarse. No tiene ningún sentido revistar lo superfluo. Si parece complicado implicar al lector en aquello que le puede proporcionar algún placer en su capacidad de habitar, de sentir la arquitectura, un sentido elemental del respeto ajeno debiera ser suficiente para evitar los laberintos de imágenes y palabras. Quizás este mismo texto es un perfecto ejemplo de esa falta de respeto, de falta de precisión, aunque podemos asegurar al lector que lo que intentamos es facilitar la aparición, al menos, de un sentimiento de alerta.

Segunda conclusión: Cuidado y diligencia, precisión, es un tipo de actitud que excluye la prisa, la actualidad. Revistar arquitectura no necesita de un tiempo y un lugar nuevos, sino todo lo contrario. Revistar arquitectura sirve para hacer aflorar las pequeñas diferencias.

Tercer testigo: mirar.
La alusión al mirar, "vista", debemos entenderla como referida al total de los sentidos. Resulta todavía gratificante el reencuentro con revistas como "Das Andere" de Adolf Loos, "de stijl" de van Doesburg, o incluso "AC" del GATEPAC, en las que la parábola, el manifiesto o el alegato social son intermediarios entre la subjetividad de los autores y la capacidad de comprensión del lector, superando la sola actitud de "mirar". Aquí se arriesga la idea de que revistar arquitectura es únicamente eficaz cuando se consigue implicar al lector como actor, lo que no parece fácil si se le obliga a prescindir de buena parte de sus instrumentos de percepción y juicio.

Tercera conclusión: Revistar arquitectura será tan posible como posible sea la participación en esa acción del mayor número de nuestros sentidos: ver, oir, gustar, tocar, oler, y en otro orden pensar, relacionar, comprender, habitar.

Cuarto testigo: quién siente, con precisión, arquitectura.
Que es, en definitiva, nuestro principal elemento de juicio. Pueden darse dos situaciones alternativas al revistar: la primera es que el lector aprecie con claridad lo que ha estado en la piel de quien mira, de quien escribe o proyecta, de quien ha sentido una arquitectura antes; la segunda es que el lector perciba ese sentimiento por si mismo. Cualquier otra posibilidad obliga a abandonar la definición: 'revista'. Estaríamos hablando de almanaques.

Conclusión final: Ha habido momentos, en el pasado, en los que el interés por las cosas de la arquitectura se encuentra en todos. Es cuando cualquier persona entiende y habla de arquitectura. Cuando esto ocurre, revistar arquitectura es sencillo. Basta un guiño, una referencia mínima, una imagen, y la propuesta de un espacio, de una experiencia de los sentidos es inmediatamente desvelada. Le Corbusier llamaba a esto un 'ciclo de arquitectura'. No estamos nada seguros de que el momento actual corresponda a uno de esos ciclos.

Sin embargo...